Intercambio de opiniones

Poco después de sucedido el golpe militar comencé a sentir un peso creciente en la mochila de mi alma y mi cerebro. Era una mezcla de dolor, sentimiento de culpa, intriga y otras manifestaciones difíciles de describir porque todo eso estaba en un contexto de juventud, nuevas etapas, presión social (el típico “algo habrán hecho”) y todo lo que envuelve a un joven que, como todos, intenta forjar su vida de adulto.-
Mucho tiempo pasó bombardeado por preguntas, afortunadamente cada vez más maduras y racionales… por qué los mataron?, por qué los secuestraron?, por qué los torturaron?, por qué El? (el amigo que adopté como hermano, porque la vida no me dio biológicos), pero el clima aún seguía confuso y mucho más en esta comunidad, donde el instinto nos hacía pensar primero en llevar la cédula o la “libreta” para mostrársela a la PM, o donde seguía predominando la frase que mencioné más arriba que me da bronca y vergüenza repetirla, donde los medios de comunicación tenían el mismo y único vocabulario y contenido.-
Parece básico, pero sólo la militancia fue capaz de abrir algunas pocas cabezas que luego se ocuparan los represores de sellar, al menos temporalmente, o de callar para siempre en forma despiadada y sistemática.-
La mochila seguía cargada pero cada vez con más claridad y primaban ya dos firmes sentimientos: PERDON y GRACIAS.-
Primero se lo nombró “Proceso”, luego “Golpe”, más tarde nos animamos a “Dictadura” luego “Dictadura Militar” y hoy transitamos por “Golpe Cívico-Militar”, fue todo un proceso de maduración del pueblo argentino en su conjunto, pero los 30.000 ya lo habían visualizado y por eso lucharon y hoy podemos decir que no fue en vano.-
Muchos como yo transitamos ese proceso de maduración que comenté antes y bien aprovechamos esta última década para empezar a darle “sintonía fina” a nuestras posturas, con el acompañamiento de una nueva sociedad que se está gestando y que aún conservamos, por vaya a saber que gracia superior, a esos hermanos que hemos adoptado y que nos transmiten sus vivencias después de muchos años de tenerlas dentro de sí por pudor o por no transformarla en un guión cinematográfico o tal vez, y porque no, por miedo… el mismo miedo que me da aún hoy pensar en lo que pasaron, haya sido explícito o no.-
Por eso hoy quiero aliviar mi mochila diciéndole a esos queridos compañeros PERDON por no haber interpretado a tiempo lo que hacían por mí, por mis hijos, por mis nietos, por mis viejos y GRACIAS por las mismas razones y por haber hecho el trabajo que deberíamos haber hecho muchos más, pero que en definitiva no fue en vano y sino fíjense el país que ya tenemos, imagínense el que tendremos y compárenlo con esa etapa desgraciada de la Historia Argentina, y esa a mí y a mis hijos no se la van a escribir ni los Mitre ni los Sarmiento de turno, la sabemos de primera mano: de sus actores.-