La embajadora argentina ante el Reino Unido mantuvo ayer una reunión con el ministro de Estado de la Cancillería británica, Jeremy Browne. Alicia Castro le presentó, en notas dirigidas al ministro de Relaciones Exteriores William Hague, una propuesta para establecer vuelos directos entre la Argentina y las Islas Malvinas (operados por Aerolíneas Argentinas) y otra para reabrir las negociaciones acerca del mandato de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur.
La idea de pautar vuelos entre la Argentina y las islas había sido adelantada el pasado 1 de marzo, durante la apertura de las sesiones legislativas, por la presidenta Cristina Fernández. El anuncio en su momento sorprendió porque desbarató un rumor. De hecho, la presidenta especificó que, a pesar de las versiones, no se proponía prohibir los vuelos que actualmente van desde Chile a las islas para castigar a los isleños. “Nada más alejado de la realidad. Queremos aumentar a tres los vuelos, para que Aerolíneas Argentinas pueda volar a las islas, pero desde Buenos Aires”, subrayó ese día la jefa de Estado.
Según indicó la Cancillería a través de un comunicado de prensa, “con relación a los servicios aéreos, la propuesta argentina se orienta a revisar la situación actual y al establecimiento de servicios regulares directos entre la Argentina continental y las Islas Malvinas operados por Aerolíneas Argentinas”. “Esta es una oportunidad para mejorar las comunicaciones y la calidad de vida de los habitantes de las islas”, se agregó.
El ofrecimiento modificaría, de concretarse, el acuerdo que desde 1999 permite a la empresa LAN sobrevolar territorio argentino para arribar a las Islas Malvinas. Sin embargo, al momento de ser comunicado por Cristina Fernández, no tuvo la mejor recepción de parte de las autoridades de las islas. “Los comentarios fueron hechos en un contexto de agresión argentina y de intentos de aislar económicamente a las Islas Malvinas”, dijo Roger Edwards, un portavoz de la asamblea conformada por ocho miembros electos. “Por eso es muy difícil no ser escéptico sobre cualquier propuesta que podría darle a Argentina el control de acceso a nuestro hogar”, agregó el funcionario en ese entonces.
La otra propuesta argentina, que apunta a la conservación de la riqueza ictícola de la zona, también fue un asunto abordado en reiteradas oportunidades desde la Casa Rosada. Pero, en este caso, coincide con una declaración reciente del director de Recursos Naturales de las islas, John Barton, a favor de retomar la cooperación con técnicos argentinos. Hasta 2005, ambos países compartían datos de captura y biológicos sobre calamar, polaca, merluza austral, merluza de cola. En el caso del calamar hasta llegó a instalarse un manejo conjunto para asegurar la tasa de escape en cada temporada. La decisión unilateral de los isleños de otorgar permisos de pesca por 25 años fue la medida que rompió el eje pesquero Buenos Aires-Londres. La medida le trajo réditos a los kelpers: hoy la pesca aporta el 60% del PBI de 200 millones de dólares de las islas. Y las capturas de ultramar llegan hasta las 50 toneladas por día (en un área de 320 km alrededor del archipiélago).
El gobierno argentino propuso ayer reiniciar negociaciones con el propósito de revisar el mandato de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur. Al tiempo que reiteró “su determinación a resolver la disputa de soberanía existente sólo por medios pacíficos y diplomáticos”. Y expresó la confianza “en que el gobierno británico se avenga a cumplir las numerosas resoluciones de Naciones Unidas sobre esta cuestión”.<
Fuente: Tiempo Argentino
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