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Masacre de Trelew: arranca el juicio por los fusilamientos del año 1972

lunes, 7 de mayo de 2012 0 comentarios

A poco de cumplirse 40 años del fusilamiento de 16 presos políticos en lo que se conoció como la Masacre de Trelew, el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia dará comienzo hoy al juicio oral contra seis integrantes de la Armada por su participación en el homicidio agravado de los jóvenes militantes que habían intentado fugarse del penal de Rawson y la tentativa de asesinato de los tres sobrevivientes, Alberto Camps, Ricardo Haidar y María Antonia Berger.
A partir de las 10, en el teatro José Hernández de la ciudad de Rawson, los jueces Enrique Guanziroli, Pedro de Diego y Nora Monella iniciarán el histórico proceso en el que están imputados Rubén Paccagnini, Luis Sosa, Emilio Del Real, Carlos Marandino y Jorge Bautista. La causa es impulsada por la Secretaría de Derechos Humanos y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Dos de los acusados no estarán presentes: Alberto Mayorga, quien fue apartado por razones de salud, y Roberto Bravo, a quien Estados Unidos favoreció al negar la extradición a Argentina.
En la elevación a juicio, el juez de instrucción Hugo Sastre consideró probada la participación de los imputados en los fusilamientos. “El 22 de agosto de 1972, en la Base Aeronaval Almirante Zar de Trelew, aproximadamente a las 3:30, se apersonaron en el lugar un grupo de oficiales armados con pistolas reglamentarias calibre 11,25 y ametralladoras PAM. Luego de despertarlos, se los hizo formar fila en el pasillo; tras ello los oficiales, sin más, abrieron fuego con las ametralladoras PAM que portaban contra los jóvenes, alguno de los cuales cayeron abatidos por los disparos en el mismo pasillo, mientras que otros, instintivamente se arrojaron al interior de las distintas celdas más próximas donde se encontraban. Luego de las ráfagas ininterrumpidas de ametralladoras, siguieron disparos aislados que concretaron la muerte de algunos de los jóvenes que estaban heridos”, detalló el juez.
Alicia Bonet llegó desde Francia para participar como querellante y testigo del juicio que espera desde que en la mañana del 22 de agosto de 1972 escuchó en la radio las primeras noticias sobre la Masacre que la dictadura de Agustín Lanusse difundió como un enfrentamiento durante un nuevo intento de fuga. Su esposo Rubén Bonet, militante del PRT-ERP, fue una de las 16 víctimas fatales y ella es una de las pocas familiares que sobrevivieron a la represión de la Triple A y la última dictadura.
“Ese día me truncaron la vida. Se terminó una historia de repente, la historia del primer amor, del padre de mis hijos, también todo lo que él pensaba construir con su militancia. Pero eso que me pasó a mí le pasó a todos, hubo un antes y un después de Trelew, porque conmocionó profundamente a toda la generación de los años ’70. Nadie podía comprender que se hubiera hecho tal matanza y cantidad de jóvenes que no estaban tan interesados en política tomaron conciencia del horror de la dictadura”, subrayó Bonet en diálogo con Tiempo Argentino. Hace apenas unas horas aterrizó en Buenos Aires procedente de París, la ciudad que, en 1977, la recibió como asilada política junto a sus hijos y su segundo esposo.
La denuncia original por la Masacre fue iniciada por Bonet a las pocas semanas de que ocurrieran los fusilamientos, en plena dictadura de Lanusse. Con el auspicio de los abogados Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, el ex secretario de Derechos Humanos fallecido un mes atrás, la viuda de Bonet denunció a la Armada Argentina por el asesinato de su esposo. “Era muy jugada pero no había una conciencia ni nos imaginábamos la crueldad de lo que nos esperaba en el país con los represores. Lo consideraba una necesidad porque pensaba que denunciar y que se supiera exactamente lo que pasó era impedir que volviera a haber masacres como Trelew”, analizó.
Su denuncia posibilitó en ese momento hacer la autopsia del cuerpo de Bonet por los médicos legistas y tomar testimonio a los tres sobrevivientes en la cárcel de Devoto, donde se recuperaban de las heridas de bala. “Los tres declararon y explicaron delante de los jueces cómo había sido la Masacre. Se reconstruyó enseguida lo que pasó y de ahí en adelante dediqué mi vida a contar la verdad de lo que había sucedido para que no volviera a pasar y para buscar justicia”, agregó.
A fines de julio de 1974, la Triple A asesinó a Ortega Peña, y a los pocos días fueron a buscar a Alicia a la escuela donde trabajaba. La persecución del grupo parapolicial la forzó a pasar a la clandestinidad con su familia hasta que, en 1977, se exilió primero en Brasil y luego en Francia.
Sentada en el lobby de un hotel porteño y a pocas horas de volar para participar de la primera audiencia, Alicia recordó que habrá dos grandes ausencias en el juicio oral: “Mis palabras y todo lo que pueda hacer en este juicio será pensando en Néstor Kirchner y en Eduardo Luis Duhalde. Kirchner, porque con su política me dio la oportunidad de llevar adelante este objetivo, y Duhalde porque fue un amigo, compañero, el abogado de Rubén desde el año 1971. Fue un hombre coherente, militante para que Argentina no olvidara. El 22 de agosto de 1972, con él y con Ortega Peña juramos que nunca íbamos a dejar de buscar justicia por Trelew y eso era una de las tareas principales que él quería llevar a cabo.” <
La clave
Fuerzas represivas
Alicia Bonet, viuda de Rubén Bonet, uno de los militantes asesinados, afirmó que la Masacre de Trelew mostró “un cambio en la actitud de las fuerzas represivas, que nunca habían llegado al extremo de eliminar a presos que estaban bajo su responsabilidad”.
Los militares acusados
Entre las 2:30 y las 3:30 del 22 de agosto de 1972, el capitán de fragata Luis Emilio Sosa, jefe de la guardia de la Base Aeronaval Almirante Zar, ingresó al lugar de detención de los presos políticos junto con el teniente Roberto Bravo y el capitán de fragata Emilio Del Real. El cabo Carlos Marandino estaba de guardia. Luego de abrir las puertas de las celdas, se les ordenó a los detenidos que doblaran sus mantas y sacaran sus colchones. Se los hizo formar fila en el pasillo tras lo cual fueron fusilados y luego rematados.
Además de los autores directos de la Masacre, en el juicio están imputados Rubén Paccagnini, quien era en ese momento el jefe de la Base Almirante Zar, y su superior, el contraalmirante retirado Horacio Mayorga, quien estaba al frente de la Aviación Naval. “Sin su colaboración necesaria, teniendo en cuenta la estructura de la Armada, el suceso no hubiera podido cometerse en la forma en que se ejecutó”, señaló la instrucción. A ellos se suma el ex capitán de navío Jorge Bautista, acusado por el encubrimiento de asesinato.
Los nombres de las víctimas
En la madrugada del 22 de agosto de 1972, fueron ametrallados en la Base Almirante Zar los presos políticos que habían intentado fugarse del penal de Rawson. Esa mañana fueron asesinados Rubén Pedro Bonet, Jorge Alejandro Ulla, Humberto Segundo Suárez, José Ricardo Mena, Humberto Adrián Toschi, Miguel Ángel Polti, Mario Emilio Delfino, Alberto Carlos Del Rey, Eduardo Adolfo Capello, Clarisa Rosa Lea Place, Ana María Villareal de Santucho, Carlos Heriberto Astudillo, Alfredo Elías Kohon, María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas y Susana Lesgar. Sólo sobrevivieron Antonia Berger, Alberto Camps y Ricardo Haidar, quienes fueron luego desaparecidos durante la última dictadura.
Las víctimas tenían entre 20 y 30 años y militaban en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en Montoneros y en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). La mayoría de sus familias junto con sus abogados defensores fueron perseguidos primero por la Triple A y luego por la última dictadura.

Fuente: Tiempo Argentino

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